8 de març. La Marxa Mundial de les Dones resistint al militarisme
...con Berta Cáceres, de
Honduras, líder indígena e incansable defensora de los derechos de las comunidad es
originarias Pakize Nayir, Fatma Uyar y Sêve Demir,
las compañeras kurdas en defensa de su territorio, que en este mes de Marzo, ha sido
brutalmente asesinada en su casa.
Resistiremos como Pakize Nayir, Fatma Uyar y Sêve Demir,
las compañeras kurdas que, por su activismo político, han sido encarceladas y
asesinadas por las fuerzas de seguridad del gobierno turco.
Resistiremos como Máxima Acuña y Dina Mendoza en Perú frente a le empresa minera que amenaza sus tierras y el agua
Queridas,
compañeras, amigas, militantes, luchadoras.
En estos
días el mundo se prepara para celebrar el 8 de Marzo. El día Internacional de
la Mujer es conmemorado en todo el mundo por sindicatos, organizaciones, grupos
de mujeres… que, en muchas ocasiones ignorando los orígenes socialistas que
esta fecha tiene, rinden homenaje a las mujeres que supuestamente murieron
encerradas en un incendio de la fábrica donde trabajaban en Estados Unidos.
Nosotras,
la Marcha Mundial de las Mujeres, celebramos la lucha de las mujeres y del
movimiento feminista en todo el mundo. Celebramos la fuerza de todas aquellas que
están dedicando sus esfuerzos a liberarse del patriarcado, el neocolonialismo,
el capitalismo y el racismo que son las causas que se encuentran en la raíz del
sistema opresor en el que vivimos.
Observamos indignadas cómo el concepto de Seguridad y Paz
está completamente malinterpretado y manipulado, siendo utilizado por los
poderes hegemónicos para justificar la militarización y la “paz armada” y
anulando completamente la perspectiva de Derechos Humanos y de las mujeres.
Hemos constatado durante nuestra 4ª Acción Internacional
de 2015, cómo como los conflictos armados y las guerras de tipo no convencional
se expanden y extienden rápidamente por todas las regiones, sembrando el miedo,
la violencia, enfermedades, el odio y la pobreza, y retroalimentando el
fundamentalismo. Esta violencia, sea
ella ejercida por ejércitos, milicias, empresas privadas de “seguridad”,
mafiosos del crimen organizado, personal de las misiones internacionales de
pacificación o los propios Estados, beneficia el última estancia a un sistema
capitalista patriarcal en el que las mujeres son siempre las que más sufren.
En Asia se
hace cada vez más patente la presencia de bases militares de potencias
extranjeras, con graves consecuencias en la vulneración de los Derechos Humanos
de las mujeres, aumento de la prostitución, casos de violencia contra mujeres y
niñas, tráfico de personas, etc…
En África los
“libertadores” del continente se han convertido en opresores de la ciudadanía,
y haciendo uso de un poder autoritario continúan limitando de forma radical las
libertades y derechos democráticos de la población. En esta coyuntura brotan
rápidamente grupos fundamentalistas, de tipo religioso, étnico o cultural,
(autodenominados defensores del pueblo), que cobran fuerza día a día y se
extienden peligrosamente por el territorio, infligiendo condiciones de vida
inhumanas y violando los derechos humanos de mujeres.
En los países
Árabes vemos como la inestabilidad y los conflictos armados en Siria, Irak,
Libia y Yemen son alimentados por las potencias económicas que ven crecer sus
beneficios a través del comercio de armas y encuentran en el caos, el caldo de
cultivo perfecto para imponer sus intereses, sin importarles el sufrimiento
que esto acarrea para la población civil desarmada. Miles de personas huyen de
la región en busca de paz y seguridad. Mujeres y niñas se encuentran en
situación de mayor vulnerabilidad siendo objeto de violaciones sexuales y
violencia, y viéndose obligadas a intercambiar favores sexuales a cambio de la
posibilidad de perseguir su sueño de obtener refugio y servicios básicos en
países supuestamente más seguros.
En Palestina,
el gobierno de Israel continúa usando la violencia para imponer su sistema de
apartheid y colonialismo sionista: el bloqueo a Gaza, las ejecuciones y
arrestos arbitrarios de población civil, la política de asentamientos y derribo
de viviendas son la realidad cotidiana que sufre la población palestina. Y en
el Sahara el gobierno de Marruecos,
por medio de la fuerza armada, refuerza cada día su política de ocupación,
saqueo y represión, ignorando los compromisos internacionales ya adquiridos.
En Américas,
la naturaleza está siendo salvajemente expoliada por empresas mineras y multinacionales que
utilizan a la policía y el ejército, así como otras compañías privadas de
seguridad, para usurpar los recursos y desplazar comunidades, a favor de sus
propios intereses. El agua, la tierra, los bosques y el aire son privatizados y
mercantilizados dejando a las comunidades sin medios para garantizar su
subsistencia y autonomía.
En Europa los
gobiernos hacen un mal uso de este contexto internacional para justificar la
criminalización de los movimientos sociales. Constatamos un alarmante recorte
de las libertades ciudadanas frecuentemente consagrado a través de leyes cada
vez más represoras. Observamos la fragilidad de nuestros sistemas democráticos
ante el auge de grupos políticos de extrema derecha que derivan en la
agudización de políticas y actitudes xenófobas que incluyen el cierre de
fronteras y denegación de asilo a las personas refugiadas.
Frente a este desalentador contexto internacional, las
militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres continuamos andando el camino de
construcción de nuestras alternativas feministas. Continuamos tejiendo alianzas
con otros movimientos aliados con los que compartimos una visión común.
Continuamos apoyando la lucha local de nuestras compañeras que luchan en
defensa de la sostenibilidad de la vida.
Sabemos que juntas somos más fuertes, que juntas
construimos un movimiento mundial incontenible con capacidad para cambiar
muchas cosas y por eso en nuestro próximo Encuentro Internacional
intercambiaremos nuestras experiencias de lucha y resistencia, profundizaremos
nuestra reflexión conjunta, evaluaremos nuestra 4ª Acción Internacional,
planificaremos nuestro futuro como movimiento y recabaremos energías para
continuar nuestra lucha y nuestra resistencia.
Resistiremos, desde la base, los embates del patriarcado, capitalismo,
racismo y colonialismo.
Resistiremos como nuestra compañera Berta Cáceres, de
Honduras, líder indígena e incansable defensora de los derechos de las comunidad es
originarias en defensa de su territorio, que en este mes de Marzo, ha sido
brutalmente asesinada en su casa.
Resistiremos como Pakize Nayir, Fatma Uyar y Sêve Demir,
las compañeras kurdas que, por su activismo político, han sido encarceladas y
asesinadas por las fuerzas de seguridad del gobierno turco.
Resistiremos como Máxima Acuña y Dina Mendoza que, en
Perú, siguen haciendo frente a la brutalidad de la empresa minera que amenaza
el agua y las tierras de sus comunidades.
Resistiremos como
muchas otras mujeres de todo el mundo, anónimas, que cada día, desde sus casas,
desde sus comunidades, luchan por sus derechos y en defensa de otras mujeres.
Seguiremos resistiendo siempre. Las armas y el
poder patriarcal y opresor no nos callarán.
8 de Marzo de 2016
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